Crónicas, ilusiones, proyectos...¡todo cabe!



jueves, 30 de diciembre de 2010

MAUÉS CON LA FAMILIA DINELLY

Texto redactado por Cristina Pedrianes Cabrera, y sus colaboradoras como siempre:
Aquí en Maués nos quedamos en casa de la familia de Arizete, la familia Dinelly. Se reúnen como veinte familiares entre hermanos/as, primos/as, cuñados/as … en honor del patriarca, Ary, que cumple 80 años y está como un toro. Nos aseguran que es el guaraná y que hemos llegado a la tierra donde la gente disfruta de más longevidad, porque toma continuamente este fruto. Pero es que no sólo es eso: pescado fresco de río diario, mandioca, maíz “a punta de pala”, sucos de frutas diversas y la sauna continua que supone vivir en este clima, también contribuyen a la calidad de vida de esta gente, que además se muestran muy tranquilos/as, acogedores/as y que hablan cantando, aún más que los/as canarios/as.

Seguimos durmiendo en hamacas. Eso sí, todas con mosquiteros y embadurnadas de cremas antimosquito hasta las cejas. Aquí los llaman “carapanã” y es un tema de conversación continuo en nuestro día a día… digamos que nos han tomado mucho cariño.

Los días pasan de forma tranquila y disfrutamos de almuerzos comunitarios, baños en las cálidas aguas del Río Maués y celebraciones, que más se parecen a ejercicios espirituales que a lo que en nuestra tierra entendemos por misa. También hay que decir que la celebración del aniversario de Ary (que fue muy emotiva) fue seguida de una gran fiesta. Versionamos la canción del Guantanamera para dedicársela a la familia, con gran éxito y aplausos por parte del público asistente. Después bailamos y cantamos a ritmos brasileños y con algún que otro merenguito.

Aquí hay que señalar que nuestro ritmo de vida en estas tierras es bastante pausado, nos acostamos sobre las 9 de la noche y a las 6:30 ya estamos tomando el primer guaraná de la mañana.

Las conversaciones con Arizete y Fernando resultan tremendamente enriquecedoras: tuvimos la oportunidad de ver las fotos tomadas por ambos en noviembre, durante la manifestación de los pueblos indígenas en Venezuela para reivindicar la liberación de uno de sus líderes, Sabino y de otros líderes indígenas que son presos políticos. En definitiva el respeto a los pueblos originarios del Amazonas, como expresan en su pancarta. Nos comenta Arizete que no llegaron muchos componentes de las tribus amazónicas a la manifestación, unos doscientos dice, y a mí me parecen un regimiento. Fueron unas fotos emocionantes donde pudimos ver la huelga de hambre de uno de los jesuitas reivindicando el apoyo a los pueblos indígenas.

Para situarles un poquito, aunque Maués tiene alrededor de 50.000 habitantes es un pueblito, de casas pequeñas y calles estrechas. La gente que habita en las comunidades indígenas y en otras aldeas riberiñas también se contabilizan dentro de la población.

Para ver las fotos, pincha aquí.

domingo, 26 de diciembre de 2010

RUMBO A MAUÉS

Aunque vamos relatando con un poco de retraso (nos gustaría mucho contarles nuestras aventuras más recientes), la editorial considera que es mejor ir capítulo a capítulo para que así nuestro público pueda ir compartiendo con nosotras esta inmersión selvática. Como adelanto, sólo decirles que está siendo una experiencia increíble y que estamos muy bien.

Texto elaborado por Susana Pérez Santos, con la colaboración de Cris y More:



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Comienzan los preparativos para el viaje a Maués. Serán cerca de 24 horas en barco, por lo que ya desde temprano hay que organizarlo todo para llegar con tiempo suficiente de coger un buen lugar donde colgar las hamacas.

Es nuestra primera salida del barrio de São Jorge de día, y después de un día en que parece que aterrizas y no eres muy consciente de la realidad en que te encuentras, empiezas a tomar conciencia de ella y el corazón se revuelve. Los pelos se erizan cuando Victor, un niñito moreno de mirada profunda que me enamora desde el primer momento, viene a despedirse y preguntar si ya nos vamos.

El barco en el que viajamos es el Calypso, un barco de madera de 3 plantas, con una pequeña zona destinada a camarotes y el resto un espacio abierto preparado para colgar las hamacas donde la gente descansa. Cuando llegamos ya hay algunas personas, pero según va pasando el tiempo el espacio se va llenando del colorido de las hamacas y del bullicio de las gentes colocando sus equipajes y preparándose para pasar el tiempo de la forma más llevadera posible.

El Amazonas tiene la mayor autopista fluvial del mundo, son 25000 km. de rio navegable. En nuestro trayecto pasamos por el Encontro das Aguas, la unión de dos ríos, el Solimões, de agua neutra, más arcillosa, con limos en suspensión que vienen de los Andes peruanos y el Río Negro (por el que empezó nuestra travesía), de medio ácido, sin nutrientes y donde se encuentran peces ornamentales cuyo colorido depende del acidez del agua. Debido a estas características, que hacen que su densidad y temperatura sean diferentes, casi 4 grados, estas dos aguas comparten kilómetros de camino a lo largo del Rio Amazonas sin mezclarse, mostrando un maravilloso espectáculo que se compagina con el resto del paisaje.

Mientras Cristina y Moreyba son llamadas por las hamacas en un estado de relax importante (Nota por alusión: es verdad que estábamos muy muy relajadas, ya que eso forma parte de la travesía y del modus operandis amazónico, pero aparte de dormir hicimos otras cosas como: eeeeehhhhh… comer, … leer,… dar un paseo por el barco… dormir… sacar fotos… dormir…), como decía, mientras Cristina y Moreyba duermen, yo contemplo la cantidad de casitas de madera, unas con sus pequeños huertos y otras no, que se distribuyen por toda la orilla en medio de la vegetación preparadas para las crecidas de rio, y junto a Fernando, reflexionamos sobre la alegría y lo increíble que nos parece poder estar compartiendo juntos un trocito de su gran mundo. No me creo que estoy donde estoy (snif, snif).

Tras una puesta de sol preciosa llega la noche y toca dormir, es mi primera noche en una hamaca, contra todo pronóstico, y a pesar de las ráfagas de viento que de vez en cuando se dan, no se duerme tan mal.

Un amanecer lluvioso nos recibe, despertamos encandiladas aún por la idea de ¡estamos en el Amazonas! Quedan todavía más de 4 horas para ser recibidas en Maués por la familia de Arizete.

Para ver las fotos, haz clic aquí.

Primeiros dias em Manaus

Gracias a los comentarios de la entrada anterior, nos dimos cuenta de que nos despistamos de poner el enlace a las fotos que tanto tiempo nos costó subir, así que pedimos disculpas y, ahora sí, les dejamos con las imágenes que dan colorido a nuestro relato.

http://picasaweb.google.com/moreyba/PRIMEIROSDIASEMMANAUS#

miércoles, 22 de diciembre de 2010

MANAUS



Ante todo, disculpen la tardanza, pero como ya dijimos en un comentario anterior un árbol cayó sobre la antena de internet y no habíamos tenido conexión. Ahora sí, así que aprovechamos para ir compartiendo esta magnífica experiencia con vocés. De todas formas, por si nos vuelve a fallar la red, aprovechamos para desearles una ¡¡FELIZ NAVIDAD!!

Texto elaborado por Cristina Pedrianes Cabrera, con aportaciones de Susana y Moreyba:

Hemos llegado el día 15 de diciembre a Manaus, con retraso, pero llegamos. De todas formas, no nos arrepentimos para nada del superbaño y la cama de hotel de São Paulo que nos ha pagado la compañía aérea porque hemos perdido las conexiones.

¡Vuelen con TAP, saben portarse!.

Ya en Manaus, al aeropuerto nos han venido a recibir Fernando, Arizete y otro compañero de ellos, Silvio. La bienvenida fue muy calurosa, en todos los sentidos (climatológicos y afectivos), con grandes abrazos, grandes sonrisas y mucha alegría.

Del aeropuerto fuimos al barrio donde viven, que es una zona de palafitos (cabañas de madera levantadas sobre el agua) alrededor del Igarapé (arroyo) de São Jorge, donde nos quedamos hasta el día 17. Allí somos acogidas por todo lo alto, como en “hotel de seis estrellas”, según Fernando. Nosotras que pensábamos que íbamos a bajar de peso por estos lares por la falta de alimentos y las comidas rarillas, y resulta que todo está riquísimo. Estamos a base de frutas ricas (mamão –papaya-, cayú, tucumán con pan y mantequilla, plátanos diversos, elancia –sandía-, carambolas,…) y pescado de río con arroz, por supuestísimo.

Desde la ventana de la cocina del palafito podemos observar las vistas del Igarapé de São Jorge, en otro tiempo más limpio, pero hoy lleno de desperdicios, lo cual no impide a los/as niños/as de la zona tomar un baño a mitad de la mañana. También hacen lo propio perros y una especie de buitres carroñeros. En fin, todo un espectáculo para nuestros ojos occidentales. Definitivamente estos/as niños/as están inmunizados/as.

Nos cuenta Fernando que estamos de suerte porque cae lluvia y eso hace que no haya tanto calor en el ambiente, nosotras sentimos calor igual, pero nos tranquiliza escuchar que aún podría estar la cosa peor y que la buena estrella nos acompaña.

Compartimos esos dos días también con Hilario, otro misionero brasileño que nos cuenta la situación del país y la otra cara de la moneda: la “limpieza” de barriadas ante la venida del mundial y las olimpiadas. El propio barrio de São Jorge está en lucha también porque quieren tirar sus palafitos para urbanizar y trasladar a las familias a otros barrios periféricos, frente a la posibilidad de acondicionar la zona para evitar su destrucción y el desarraigo,.Ésta es una de las labores de estos tres misioneros del equipo itinerante, colaborar en la movilización de los barrios donde viven para facilitar el desarrollo y organización comunitaria, mezclándose con la gente, viviendo con ellos y facilitándoles sus propias viviendas para las viviendas vecinales.

Tuvimos la suerte de coincidir con una de estas actividades: una chica de la zona enseñaba a los niños y niñas a hacer árboles de Navidad con revistas (super económicos, ecológicos, creativos, entretenidos y navideños).

Aquí descubrí (yo, Cristina) mi verdadera vocación, y me dediqué con pasión y total entrega a esta difícil tarea (eso sí, haciendo una pausa en la página del horóscopo). Mi próximo reto será hacerlo con una guía telefónica.

Para que se hagan una idea de la zona, Manaus es la principal ciudad de la selva amazónica brasileña, con cerca de 2 millones de habitantes. La única carretera que llega procede de Caracas, y es un viaje larguíiiiiiiiiiisimoooo.

Según nos cuenta Fernando los ingleses llegaron allí a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el boom del caucho e hicieron las grandes construcciones que encontramos en el puerto como el mercado y la propia zona donde atracan los barcos (sentimos no tener fotos, por ahora). Luego, se llevaron las semillas del árbol del caucho (las seringueiras) a Malasya y se hicieron grandes plantaciones controladas, por lo que decayó un poco en la Selva. Con la llegada de las guerras mundiales volvió a necesitarse el caucho y resurgió su interés.

El gran problema actual del Amazonas es la industria maderera y las grandes multinacionales, que expropian con el consentimiento del gobierno la tierra a las poblaciones indígenas.

De Manaus partimos en barco hacia Maués el 17 de diciembre. Veinticuatro horitas de nada, que tumbadas en la hamaca (o red como se llama aquí) se pasaban mejor…. No se pierdan el próximo capítulo…


Nota de la edición: Ni se imaginan lo que cuesta aquí subir las fotos a la red, porque aparte de lentísimo se queda colgado cada dos por tres, así que aquí compartimos las poquitas que hemos podido poner en el album.

viernes, 17 de diciembre de 2010

BEM-VINDA!



Lo primero de todo es: Mamá, Papá, familia de Susana, familia de Cris, amigos y amigas... Estamos bien!!




Después de las 10 horas de vuelo hasta Sâo Paulo, perdimos la conexión del vuelo a Manaus y la compañía aerea nos llevó a un hotel de lujo cerca, para que nos ducháramos y descansáramos un poco antes del siguiente vuelo para Manaus, a las 20:35h (habíamos llegado a las 8 de la mañana).


Por lo que se ve en la imagen, la guagua era totalmente accesible (gracias a la força del conductor!)






La llegada a Manaus fue genial, recibiendo una maravillosa bienvenida por parte de Fernando, Arizete y Silvio.


Eso sí, empezamos a sudar nada más salir del aeropuerto, porque hay un calor superhúmedo.


No puedo contar mucho más porque nos tenemos que ir al barco que, después de casi 24 horas de recorrido por el Río Amazonas, nos llevará a la casa de la familia de Arizete, en Maués (búsquenlo ustedes en el mapa porque esto va un poquito lento).


Pero no puedo irme sin dejarles con algunas imágenes de ayer, en el barrio donde vive Fernando. Los niños y niñas de allí estaban haciendo unos árboles de Navidad y al principio mostraron timidez, pero luego se fueron animando y hasta nos hicieron hasta capoeira.


Ah!! y para que no se me olvide, yo no se los contaría pero si no las chicas me matan. Resulta que cuando llegamos Fernando dijo que a la mañana siguiente habría una celebración porque Hilario, otro compañero jesuita se iba y porque nosotras habíamos llegado. Vale, ahí quedó la cosa y por la tarde estábamos hablando sobre los planes y se me ocurrió preguntarle a Fernando si al final no había fiesta... Él me miró extrañado y me dijo que lo que solían hacer era una pequeña misa... Cris y Susana se han estado riendo de mí todo el día... En fin...

















miércoles, 15 de diciembre de 2010

COSAS QUE HACER MIENTRAS VUELAS




Ver una película doblada al colombiano y subtitulada al portugués, pintar mandalas, comer despacio masticando 15 veces cada bocado, estudiar brasileiro, rellenar la declaración de bienes del Ministerio de Haciendo donde juras que no llevas nada por un valor superior a 100.000$, leer la guía de Brasil, reflexionar sobre tu vida, tu lugar en este mundo y hacia donde diriges tus pasos, escribir microrrelatos, ingeniártelas para meter 3 almohadas y 3 mantas en una mochila petada, hacer sudokus, leer la interesantísima revista del avión, contarle tu vida a alguien desconocido, preguntar la hora a cada hora, entrenarte para correr los 100 m. lisos haciendo largos por el pasillo, molestar al pasajero de al lado para que te deje salir y esperar hasta que vuelva a coger el sueño para entrar, aprovisionarte de toallitas húmedas para el viaje, hacer una lista de cosas que hacer mientras vuelas,...

Todo esto se podría hacer durante las 10 horas de vuelo, si no cayeras redonda desde antes del despegue.



martes, 14 de diciembre de 2010

MENORCA conmigo misma


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Si Mallorca fue un continuo ir y venir de gente, Menorca decidí tomármelo como una especie de “retiro”, donde estar en contacto conmigo misma y poner en práctica aquellos propósitos que me había planteado alguna vez como la meditación, la vida sana, la puesta al día de viejos asuntos pendientes, etc, etc.

Y si bien es cierto que no cumplí ninguno de mis propósitos (si los cumpliera dejarían de ser propósitos) y que tuve de mí misma pa’rato, también es verdad que disfruté muchísimo de la Isla y de su gente.

Me quedé a dormir en Ciutadella, la segunda ciudad más importante después de la capital Maó (y entre las que según me dijeron hay mucho pique… no sé a qué me recuerda).

Hacía tiempo que me apetecía probar a visitar los sitios haciendo dedo, porque me encontré con gente que lo hacía y les había ido muy bien. A mí me daba un poco de cosa, por aquello de viajar sola, pero la verdad es que Menorca me pareció el sitio ideal para hacerlo, por lo pequeña y tranquila es.

Así que decidí probarlo y tuve muchísima suerte, porque los coches me paraban enseguida. Descubrí que como forma de viajar está genial, porque es una especie de “Car-surfing”, ya que por un ratito compartes un poco de la vida de la persona que te lleva. Así aprendí mucho sobre el turismo en Menorca, los tipos de queso, la historia de Maó,…

Un señor que me llevó hasta Fornells me dijo que éste era el pueblo más bonito de Menorca. Yo pensé que estaría exagerando porque él era de allí, y ya se sabe, pero cuando llegué tengo que admitir que me pareció precioso (ver fotos). Después, me lo volví a encontrar por la calle paseando y cuando le dije que iba al Faro de Favàritx, me dijo que el faro más bonito de Menorca era el de Cavalleria (que está cerca de Fornells). Nuevamente, le doy toda la razón porque el de Favàritx me encantó, pero el de Cavalleria me pareció mágico.

En lo que respecta al ámbito social, en Ciutadella conocí a Sion y a su hija Mariana. ¡Muchísimas gracias por todo, y espero que puedan disfrutar pronto de las cálidas Navidades canarias!

En Maó conocí a Pau y a su compañero de piso Matt. También pude disfrutar de un concierto muy bueno en Es Migjorn Gran, del grupo Espina, donde conocí a Sion (no es la misma de antes), a Guille y a Pep. También les agradezco muchísimo la amabilidad, la familiaridad y las risas compartidas.

Y sin más, aquí les dejo con las fotos para que las disfruten conmigo. Haz clic aquí.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Mallorca, encuentros y re-encuentros

Tengo que reconocer que realmente nunca me había atraído especialmente Baleares como destino. No sé por qué, supongo que por vivir ya en islas... Y ahora que lo pienso, es como pensar: "No, yo a las Islas Griegas no voy... ¿Para qué?, si ya vivo en Canarias" Absurdo, ¿no?

Tuve conciencia de que "Baleares también existe" allá por el mes de mayo, leyendo "La Isla de los 5 Faros" de Ferrán Ramón-Cortés tumbada en la arena negra de la Playa de Puerto Naos.

Bueno, pues a mitad de noviembre (sí, ya sé que no tengo actualizado el blog) como ya no era tiempo para hacer el Camino de Santiago (siempre hay algún argumento que lo justifique) me decidí a visitar las Islas.

Los días que pasé en Mallorca fueron un cúmulo de encuentros con personas nuevas en mi vida, aunque parecía que hubieran estado siempre ahí, y de re-encuentros con amigos y amigas a quienes hacía tiempo que no veía y con quienes me alegré muchísimo de volver a coincidir.

Nada más llegar a la Isla, bastante cansada y adormilada por haber pasado la noche en el barco (o más bien por lo frita que me deja la biodramina), Mario y Luigi me abrieron de par en par las puertas de su casa, sin conocerme siquiera.

Descubrí la parte más bonita de Inca gracias a Gerard y Vero, con quienes compartí muchas risas, excursiones, torradas y, sobre todo, ¡QUELITAS!... Me encantó conocerles y sentirme desde el primer momento "como de toda la vida".

También gracias a ellos, conocí a Lydia (que como dijo el señor del albergue "¡qué tres se fueron a juntar!" No se creía que nos acabáramos de conocer).

Me alegré muchísimo de volver a encontrarme con Eva, después de más de un año, y me lo pasé genial con ella conociendo los pueblitos de la Serra de Tramuntana y las callejuelas más recónditas de Palma.

También tuve la suerte de poder compartir unos días con Benigno y Rocío (y con su gato Tron) y disfrutar del acento canario y de unas riquísimas arepas. ¡Muchísima suerte con la recta final, Beni!

Y conocí a Ángela (una amiga de Ana) y a su familia, que en seguida me inundaron con su sonrisa y la calidez de su mirada.

A todos y todas ¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!

Aparte de todo esto, que es lo más importante de mi viaje, tengo que decir que Mallorca me sorprendió mucho.
Me encantó la Serra de Tramuntana, con sus montañas de tono calizo y los pueblos con casas de piedra. Me llamó mucho la atención que la vegetación llega hasta el mar, mezclándose el verde con el azul turquesa del agua cristalina. Me enamoraron las calas perdidas, sin nadie, mezcla de arena blanca y roca oscura.

Y cómo no, aquí van las fotos.




viernes, 19 de noviembre de 2010

Monzón no es fotogénico


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Tras mis días en Toledo y de camino a Barcelona para el curso de Clown, hice una parada en Monzón (provincia de Huesca) para ver a un amigo y una amiga muy especiales para mí: Fernando y Conchita.

No había escrito nada sobre esto porque no tenía imágenes con las que ilustrar mi visita, ya que estuve paseando por Monzón, incluso subí hasta el famoso castillo para intentar sacar alguna foto que quedara bonita, pero nada... ¡no hay manera! Así que llegué a la conclusión, y que me perdonen los/as montisonenses/as (bendita wikipedia), de que Monzón no es fotogénico.

Creía que no tendría nada que contar de este día hasta que hace poco, releyendo mi cuaderno de viaje, encontré algo que apunté allí y que es digno de mención: Resulta que iba por la calle cuando pasó a mi lado una niña de aproximadamente 7 años acompañada de su madre. Ella le decía algo así como: "Pero las chicas no se besan, se besan los chicos con las chicas y las chicas con los chicos". Por supuesto que después de esta afirmación tan aberrante puse mi oído alerta. Menos mal que la niña, pacientemente, le enseñó a su madre: "No, pero entonces son gays y lesbianas" ¡Tómalo! Como para no pararme a apuntarlo...

Otro acontecimiento importante de esa etapa, y que me gustaría compartir, es el de la tienda de revistas y libros de la Estación de Trenes de Zaragoza. El año pasado, cuando pasé por ahí después de mis días en el campamento de FEAPS, entré a esta tienda por ver qué libros tenían y me llevé una gran sorpresa por la alegría con la que el señor atendía a la clientela, y el entusiasmo que ponía en su trabajo. Estaba yo muy sensible con este tema por esa época, así que no dudé en decírselo, y le pedí que me firmara el libro que le compré (como recordatorio de tan importante lección). Esta vez, al volver a hacer una parada en la Estación de Zaragoza, no dudé en pasar por allí y comprobar con mucha ilusión que el señor seguía con el mismo ánimo y transmitiendo tanta vitalidad. ¡Ahora tengo otro libro firmado por él!

Así que si pasan por allí algún día, recuerden ir a la tienda de prensa para contagiarse de su energía positiva.
Aquí les dejo la mejor imagen que conseguí en Monzón :-)



viernes, 12 de noviembre de 2010

DELTA DE L'EBRE, no hay palabras


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No encuentro palabras para describir la inmensa belleza de los paisajes del Delta. Pude disfrutar de unos días increíbles de tranquilidad, mucho contacto con la Naturaleza, caminatas y bici. Lo cierto es que en Amposta ya me sentía como en casa: saludando a la gente por la calle, comprando los martes en el mercado, tomando un capucchino (especialidad del Lounge Café),…

Me maravillé en esas zonas completamente llanas, con los colores de la mañana y al caer la tarde,… Me dijeron que el paisaje cambia totalmente según el ciclo de cultivo del arroz, y que en verano son preciosos los campos verdes, pero la verdad es que a mí me encantó ver los tractores trabajando para remover la hierba, una vez segado el arroz; las aves revoloteando detrás del tractor; los arrozales inundados ahora para luego dejar secar la tierra hasta la primavera; el reflejo de las nubes en los charcos,… ¡Me pareció de una belleza sobrecogedora! (aunque si lo dice la gente de allí, será cuestión de volver en primavera y verano para ver los cambios)

Muchísimas gracias a Marcel, por su gran hospitalidad; a Ksenija y Mariana, por esos días tan divertidos; a Anna y Rubén, por su generosidad tan abierta y sincera.

No encontré postales que hicieran honor a las maravillas del Delta, así que aquí les dejo mis fotos.