Ante todo, disculpen la tardanza, pero como ya dijimos en un comentario anterior un árbol cayó sobre la antena de internet y no habíamos tenido conexión. Ahora sí, así que aprovechamos para ir compartiendo esta magnífica experiencia con vocés. De todas formas, por si nos vuelve a fallar la red, aprovechamos para desearles una ¡¡FELIZ NAVIDAD!!
Texto elaborado por Cristina Pedrianes Cabrera, con aportaciones de Susana y Moreyba:
Hemos llegado el día 15 de diciembre a Manaus, con retraso, pero llegamos. De todas formas, no nos arrepentimos para nada del superbaño y la cama de hotel de São Paulo que nos ha pagado la compañía aérea porque hemos perdido las conexiones.
¡Vuelen con TAP, saben portarse!.
Ya en Manaus, al aeropuerto nos han venido a recibir Fernando, Arizete y otro compañero de ellos, Silvio. La bienvenida fue muy calurosa, en todos los sentidos (climatológicos y afectivos), con grandes abrazos, grandes sonrisas y mucha alegría.
Del aeropuerto fuimos al barrio donde viven, que es una zona de palafitos (cabañas de madera levantadas sobre el agua) alrededor del Igarapé (arroyo) de São Jorge, donde nos quedamos hasta el día 17. Allí somos acogidas por todo lo alto, como en “hotel de seis estrellas”, según Fernando. Nosotras que pensábamos que íbamos a bajar de peso por estos lares por la falta de alimentos y las comidas rarillas, y resulta que todo está riquísimo. Estamos a base de frutas ricas (mamão –papaya-, cayú, tucumán con pan y mantequilla, plátanos diversos, elancia –sandía-, carambolas,…) y pescado de río con arroz, por supuestísimo.
Desde la ventana de la cocina del palafito podemos observar las vistas del Igarapé de São Jorge, en otro tiempo más limpio, pero hoy lleno de desperdicios, lo cual no impide a los/as niños/as de la zona tomar un baño a mitad de la mañana. También hacen lo propio perros y una especie de buitres carroñeros. En fin, todo un espectáculo para nuestros ojos occidentales. Definitivamente estos/as niños/as están inmunizados/as.
Nos cuenta Fernando que estamos de suerte porque cae lluvia y eso hace que no haya tanto calor en el ambiente, nosotras sentimos calor igual, pero nos tranquiliza escuchar que aún podría estar la cosa peor y que la buena estrella nos acompaña.
Compartimos esos dos días también con Hilario, otro misionero brasileño que nos cuenta la situación del país y la otra cara de la moneda: la “limpieza” de barriadas ante la venida del mundial y las olimpiadas. El propio barrio de São Jorge está en lucha también porque quieren tirar sus palafitos para urbanizar y trasladar a las familias a otros barrios periféricos, frente a la posibilidad de acondicionar la zona para evitar su destrucción y el desarraigo,.Ésta es una de las labores de estos tres misioneros del equipo itinerante, colaborar en la movilización de los barrios donde viven para facilitar el desarrollo y organización comunitaria, mezclándose con la gente, viviendo con ellos y facilitándoles sus propias viviendas para las viviendas vecinales.
Tuvimos la suerte de coincidir con una de estas actividades: una chica de la zona enseñaba a los niños y niñas a hacer árboles de Navidad con revistas (super económicos, ecológicos, creativos, entretenidos y navideños).
Aquí descubrí (yo, Cristina) mi verdadera vocación, y me dediqué con pasión y total entrega a esta difícil tarea (eso sí, haciendo una pausa en la página del horóscopo). Mi próximo reto será hacerlo con una guía telefónica.
Para que se hagan una idea de la zona, Manaus es la principal ciudad de la selva amazónica brasileña, con cerca de 2 millones de habitantes. La única carretera que llega procede de Caracas, y es un viaje larguíiiiiiiiiiisimoooo.
Según nos cuenta Fernando los ingleses llegaron allí a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el boom del caucho e hicieron las grandes construcciones que encontramos en el puerto como el mercado y la propia zona donde atracan los barcos (sentimos no tener fotos, por ahora). Luego, se llevaron las semillas del árbol del caucho (las seringueiras) a Malasya y se hicieron grandes plantaciones controladas, por lo que decayó un poco en la Selva. Con la llegada de las guerras mundiales volvió a necesitarse el caucho y resurgió su interés.
El gran problema actual del Amazonas es la industria maderera y las grandes multinacionales, que expropian con el consentimiento del gobierno la tierra a las poblaciones indígenas.
De Manaus partimos en barco hacia Maués el 17 de diciembre. Veinticuatro horitas de nada, que tumbadas en la hamaca (o red como se llama aquí) se pasaban mejor…. No se pierdan el próximo capítulo…
Nota de la edición: Ni se imaginan lo que cuesta aquí subir las fotos a la red, porque aparte de lentísimo se queda colgado cada dos por tres, así que aquí compartimos las poquitas que hemos podido poner en el album.