En su interior vivían dos "yo": uno buscaba la estabilidad, el equilibrio; el otro luchaba por vivir la aventura, la incertidumbre. Llegó un momento en que tuvo que elegir y, sin dudarlo, dio un salto hacia la tempestad, dejando atrás la calma.
Fotografía de Xabier Santakiteria.
Fotografía de Xabier Santakiteria.
Este relato parte de la propuesta de Aprendiz de Palabras, Cuento Contigo (entra para conocer la propuesta y participar)
A eso le llamo yo iniciar un viaje... suerte en el salto!
ResponderEliminarAbrazos
Ya vivir con uno mismo es complicado como para encima vivir con dos sí mismos... Buena elección.
ResponderEliminarAbrazos
Buen relato, otros necesitaran hacer el salto al contrario... dejando atrás la tempestad
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Los saltos son siempre buenos (sean en la dirección que sean), implican un cambio, una búsqueda, una señal de que estamos vivos/as.
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