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miércoles, 20 de octubre de 2010

Toledo en lo cotidiano

Ayer por la tarde, al llegar al Hospital de Parapléjicos de Toledo, tenía una sensación extraña. Me resultó extraño darme cuenta de repente de lo familiar que me resultaba llegar allí y me extrañó también la alegría que sentí por encontrarme con las personas que en estas últimas semanas se han convertido en mi mundo cotidiano. Me alegró ver que en el jardín estaba el señor en la camilla que se pone a la sombra por el calor, mientras su mujer lo acompaña intentando coger algún rayito del tímido sol toledano; me gustó ver al grupo de jóvenes que casi siempre pasan la tarde conversando en el kiosko; sonreí porque había muchos grupos de familias y amistades que armaban bullicio en el jardín, dándole un punto de alegría y color al ambiente,… Y mientras me alegraba, también me emocioné por haber tenido la suerte de formar parte de este mundo y de conocer a Virginia, una mujer fuerte que con mucha paciencia acompaña a su marido en este duro trance, a su madre que siempre está ahí (a la sombra) para ser el punto de apoyo de su hija (también para ella debe ser un duro trance); a Jesús y Pedro, que hojean catálogos de sillas de ruedas con el mismo entusiasmo que si estuvieran hablando del último modelo de deportivo (válgame en esta ocasión el estereotipo); a Eugenio, que lucha para poder estar presente en los primeros pasos de uno de sus hijos (ya que se perdió verlo voltearse en la cuna) y que daría lo que fuera por un filete con arroz (ya llegará…); a Saúl (el niño “lagartija”) que la próxima semana volverá de Tenerife para prepararle con esmero las tostadas del desayuno a su padre; a Lucía, que después de llevar tantos años viviendo pendiente de un hospital por su hija, sigue buscándole el humor a la vida; a Carmen y Gregorio, que acuden día tras día a la UCI con la incertidumbre del qué pasará… Creo que no sigo, porque no tendría fin, pero es que son tantos pequeños gestos, tantas grandes personas, tanta gente buena que emociona,…

Esto necesitaré tiempo para procesarlo, aunque espero que no se me olviden nunca las lecciones de vida que estoy aprendiendo.

Carlos: muchísimo ánimo, valentía (que se sume a toda la que ya tienes), fuerza y… paciencia, que poco a poco se van subiendo escalones (¡aunque los literales ya sólo te falta subirlos a la pata coja!). ¡Te quiero mucho!

Familia Botón: el amor que he dado sólo es el reflejo de todo el que he recibido. ¡También les quiero muuuuuuuchoooooo! Millones de abrazos (gratis)

¡Ah! Y no se olviden de ir al próximo partido del Equipo Parapléjico de Baloncesto, aunque sea por mí, que es realmente impresionante…

5 comentarios:

  1. Los mejores recuerdos que yo tengo del hospital en mis estancias de operaciones, son las relaciones vividas con las personas con las que compartí experiencias.
    Es todo un aprendizaje.
    Muchos abrazos y besos a tí, para que sigas repartiendo amor.
    Y muchos abrazos, besos y ánimos a Carlos para, como tu dices, que sigas subiendo los escalones de la vida...

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  2. Qué bonito Moreyba que hayas podido estar allí con Carlos y Lourdes, a darles tu amor y a aprender vida junto a ellos. Dicen que en la adversidad sacamos lo peor de nosotros, y también lo mejor. Yo creo que no hay tanta maldad en el mundo, solo personas sin reconocimiento. Y las que tu comentas tienen esperanza porque tienen amor. Y tu luz y tu visión seguro que les ha acompañado también.
    Un abrazo muy fuerte y muy gratis
    Te quiero
    PD: Para Carlos, los escalones y las montañas! ayer conocí a tu padre y me pareció un hombre estupendo, y feliz de saberte bien. Para Lourdes un abrazo mucho más fuerte que el de Carlos.

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  3. A veces convivimos con personas que son como el sol, está presente todos los días pero no somos conscientes de lo importante que es en nuestra vida. Para nosotros, Moreyba ha sido un maravilloso sol que cada día ha brillado llenándonos de calor y luz, en este lugar peculiar que ella tan bien ha descrito... le deseo lo mejor en su viaje y en su vida, buenas aventuras y buenas experiencias.
    Al resto de visitantes de su blog, muchas gracias por los ánimos y los buenos deseos que nos transmiten. Chao.
    Carlos

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  4. Carlos, muchísimas gracias!! La verdad es que yo me sentí muy afortunada de poder acompañarles en estos momentos y recibí mucho calor, luz y amor de ustedes también. Por cierto, que ya me enteré de la visita sorpresa de Papá Noel y me emocioné muchísimo!!! Abrazos enormes y muchísimo ánimo!

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  5. Su, gracias por compartir también tu experiencia. La verdad es que nunca hemos hablado de eso, pero seguro que son aprendizajes de los que duran toda la vida. Muchos abrazos
    Aniboom, me gustó tu frase de la necesidad de reconocimiento,... Más abrazos para ti!!

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